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18 y de cómo, cuando tú estabas cansado y agobiado, te salió al encuentro en el camino y, sin ningún temor de Dios, te atacó por la retaguardia e hirió a todos los que, débiles, venían a la zaga. 19 Por lo tanto, cuando ya estés en la tierra que el Señor tu Dios te da en posesión, y el Señor tu Dios te haga descansar de todos los enemigos que te rodean, borrarás de debajo del cielo la memoria de Amalec. ¡No lo olvides!(A)

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